Un juego teórico: proponemos a nuestros lectores que refuten este argumento sobre la existencia de Dios. ¿Cuál es su error lógico? Esperamos sus respuestas.
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Metafísica y teología | Juegos lógicos
ARGUMENTO MATEMÁTICO DE LA EXISTENCIA DE DIOS
O "argumento cosmológico a priori"
Los lectores habituales de esta
web sabrán que tiene un enfoque claramente materialista. Pero, como se acerca
la Navidad, fecha de clara significación religiosa, queremos proponerles un
juego intelectual. Les proponemos un argumento que aparentemente demuestra la
existencia de Dios ‒hemos tenido que estrujarnos la sesera, no se vayan a creer‒.
Pues bien, por puro juego teórico, como decíamos, les pedimos que nos escriban
comentarios para refutarlo, esto es, señalando sus insuficiencias lógicas. Pueden
hacerlo en esta misma página o en los enlaces de esta publicación a las redes
sociales, que encontrarán al final del texto. ¡Anímense!
0
Los principales argumentos para
demostrar la existencia de Dios giran en torno a: [i] la existencia del mundo
(argumento cosmológico), o su orden y finalidad (argumento teleológico), o la
necesidad de un vínculo entre la inmanencia de éste y la trascendencia
(argumento moral); y [ii] la propia esencia de Dios, con independencia del
mundo (argumento ontológico). Los del primer grupo son argumentos a posteriori,
mientras que el segundo caso es un argumento a priori. Entre los primeros, el
teleológico ha sido inutilizado por las ciencias naturales, que explican perfectamente
toda legalidad natural sin el recurso a una inteligencia ordenadora; en cuanto
al moral, no es más que una aplicación ilícita del principio antrópico. Los
mejores argumentos, pues, son el ontológico y el cosmológico, y sin embargo, no
sin razón provocan un gran rechazo intelectual hoy en día (y en el pasado),
pues es obvio que ambos contienen serios fallos lógicos, que la tradición ya ha
señalado. Lo que aquí se sostiene es que el argumento correcto es una síntesis de
ambos que enmienda sus respectivas insuficiencias argumentativas. Se trata
de un argumento que parte de la existencia del mundo, único hecho en el
que tenemos derecho a apoyarnos (pues no conocemos a priori la esencia de
Dios); pero este argumento no nos habla de la necesidad de un creador, sino de
la necesidad de una estructura matemática a priori de la realidad, que sólo en
un segundo momento nos permite deducir la existencia de Dios como lo único capaz
de “sustentar” (de ser) dicha estructura. Leibniz fue el pensador que
estuvo más cerca de este argumento, en su formulación del ontológico, pero no
llegó a ver claro el punto crucial. Vamos a examinarlo:
1
El universo podría no existir, y
no habría contradicción lógica en ello; pero si existe, ha de hacerlo sujeto a
medida matemática. La materia/energía y el espacio/tiempo son por definición lo
mensurable. Contenido y receptáculo, respectivamente, la materia/energía se
mueve en el espacio/tiempo, pero a su vez lo deforma; la primera necesita al
segundo para existir, pero éste no es ajeno a la presencia de aquélla; de
hecho, no puede haber un espacio/tiempo totalmente vacío, salvo como
abstracción. Así pues, se necesitan mutuamente para darse, y no podrían hacerlo
sin un orden, una estructura que los articulara.
2
Por lo tanto, el universo no es
independiente de las matemáticas, pero éstas sí son independientes (= ontológicamente
anteriores) de él. Son la condición formal, absolutamente a priori, de
la existencia de algo. La propia lógica no lo es para todos los casos (la
mecánica cuántica demuestra que se puede violar el principio de no
contradicción), pero sí lo son las matemáticas, previas a aquélla en la constitución
de lo real, en contra de lo que pretendió el logicismo.
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3
El modo de ser (el “sustrato”) de
las matemáticas no es material, evidentemente, puesto que lo material las
presupone. Las matemáticas son puramente formales, como ya hemos dicho, esto
es, ideales. Sólo expresan posibilidades. No determinan nada real
en cuanto tal, no construyen la existencia. Únicamente establecen que,
si “x” existe, cumplirá necesariamente una serie de relaciones internas o
externas; pero no que “x” exista. Sin embargo, todo lo existente (materia/energía,
espacio/tiempo) se somete a priori a ellas.
4
Lo único que podría [a] ser ese sustrato
de las matemáticas, en ausencia de todo espacio/tiempo (seguimos asumiendo per
hypothesi que el universo no tendría por qué existir, pero las matemáticas
seguirían conservando toda validez), sería inextenso e intemporal. No
contendría multiplicidad alguna, esto es, partes extra partes; habría de
ser pura unidad, y esto quiere decir pura interioridad. Tal
interioridad es lo que, a falta de una palabra mejor, la tradición ha llamado
“espíritu”.
5
De la misma forma, lo único que
podría [b] explicar el paso de lo matemático a lo existente (esto es: por qué
lo material se somete a priori a lo matemático), no es a su vez algo
existente, o sea, que pueda estar determinado en términos de materia/energía o
espacio/tiempo. El tránsito de lo ideal a lo material (= de las matemáticas a
la física) no puede ser explicado por nada material, pues lo sujeto a un
principio no puede ser el principio de éste; así pues, esa explicación tiene que ser algo asimismo
ideal. Ese ser ideal no puede él mismo estar sujeto a medida (determinación),
así que es infinito (absolutamente indeterminable). Sólo lo infinito
podría tender el puente entre la pura virtualidad y la existencia.
6
Sólo en la interioridad antes
descrita (o sea, en el pensamiento) puede haber una multiplicidad que
es, sin embargo, a la vez, inextensa e insucesiva (= simple unidad). Pero ese
pensamiento, para ello, ha de ser infinito y eterno, es decir, ha de estar fuera
del espacio/tiempo (infinitud y eternidad son conceptos por lo general malinterpretados,
pues se los espacializa y temporaliza, cuando son lo totalmente independiente
del espacio y del tiempo, respectivamente). Sólo de semejante pensamiento
ideal e infinito (y por tanto único) se puede decir que es el ser. Y
así, ser = consciencia (nótese que no se dice “autoconsciencia”, lo cual
queda fuera de esta demostración). Esa consciencia no puede ser otra cosa que Dios.
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Falso decir que las matemáticas son la condición absolutamente a priori a la existencia de algo. Una característica esencial, aún cuando puede ser causa formal, no es necesariamente causa eficiente. Primer y determinante error lógico; pues la afirmación es falsa y al ser sustento como premisa mayor del argumento, determina la falsedad de la prueba.
ResponderEliminarNo se dice que sean causa eficiente, se dice, en efecto, que son causa formal. Pero nada puede existir al margen de ciertas condiciones formales. Todo lo existente tiene determinaciones, y éstas son expresables matemáticamente. No podría existir y permanecer en la indeterminación. Lo que dices a) no es falso, sino necesario, y b) no, no es la premisa mayor del argumento, porque no lo has entendido bien.
EliminarPorque tanta complicación...esto es hipersencillo, no podemos imaginar la posibilidad de lo infinito y a la inversa lo finito...por cuestiones de limitación racional que tenemos los seres humanos podemos convenir que lo excedente a nuestra visión otorga la posibilidad de un todo ,entonces se concluye que dios existe y también no existe al igual que las dos cosas a la vez y lo contrario. Saludos!
ResponderEliminarEntonces... ¿Estás hablando del Dios de Schrödinger?
EliminarNo podría decir dónde no se encuentra, pero muy por el contrario podría afirmar lo que se y viceversa
ResponderEliminarPrimero: el mundo es materia (masa/energia) que es en sí y para sí la unidad indivisible de la existencia, infinita y eternamente idéntica a sí misma en la diversidad fenoménica de sus distinciones. La unidad infinita y eterna que despliega progresivamente en sí y para sí su propia identidad en la diversidad de sus distinciones sólo puede ser Dios.
ResponderEliminarPregunta: ¿Por qué llamar "Dios" a la materia/energía?
EliminarEl argumento asume como necesaria la existencia formal de la matemática. Pero la matemática como ciencia formal es producto del pensamiento humano. Es un error de antecedente consecuente. Lo mismo se podría deducir que dios di producto del pensamiento humano
ResponderEliminar¿Que las matemáticas son un producto del pensamiento humano? Entonces, si encontráramos a otra especie inteligente, ¿podría tener otras amtemáticas distintas? ¿Y las dos funcionarían a la vez? Eso no tiene sentido. El psicologismo matemático quedó refutado hace más de cien años.
EliminarNuestra inteligencia va descubriendo las regularidades que definen las matemáticas. Así podemos pensar que ellas son a priori más allá de la existencia (nuestra y del universo). No hay salida a este esquema partiendo del idealismo. Para éste Dios está ahí, en la cifra oculta de su nombre, fuera de los límites del espacio tiempo. Para refutar esta noción hay que salir del idealismo, porque dentro de su esquema el razonamiento se valida por sí mismo.
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